Etiqueta: Adviento

  • Volver a casa por Navidad…

    Volver a casa por Navidad…

    Estamos en pleno Adviento y se acerca la Navidad a toda máquina pero, ¿se nos acerca a todos por igual? Y más importante aún, ¿se acerca nuestro corazón? Este año yo estoy lejos de casa así que la relación con mi familia se ha reducido, lo que hace que cada muestra de cariño valga el doble y sepa tres veces más rica. Voy planificando el día en que voy a volver a casa, qué día voy a quitarme de estudiar para salir a comprar regalos al Fnac, qué maleta voy a llevarme y si me hace falta llevarme toda la ropa o sólo la justa, etc. Y todo esto, va calentando el corazón para coger a los tuyos con ganas cuando llegas a casa. Se parece a la frase de Pablo Sanz en su canción “Compondré”: “Prepararé el corazón cada vez que nos veamos, y ya seré feliz antes de darte un abrazo”. Un temazo.

    Estar lejos de casa ayuda a valorar el lujo de “volver a casa por Navidad” y poder pasarlo en familia pero, ¿preparo mi corazón igual para Dios? ¿Espero con ganas ya mi rato de oración a solas o la misa de Navidad? ¿En qué se diferencia mi Navidad de la del resto de mis amigos?

    o-KID-PRAYING-facebook.jpg

    Venimos de la fiesta de la Inmaculada, tenemos que tener energías renovadas para llevar a la práctica nuestro deseo de intimar con Dios, de “echar tripa cervecera con Dios” como dice un amigo mío. Igual que quien sale a tomar algo con los amigos día sí y día también, lo importante no es tanto el hablar de esto o aquellos, sino el placer de dedicarse tiempo y pasarlo juntos. De igual modo, no vas con ningún objetivo especial a la oración, vas a estar con Él, ¡y qué rico sabe cuando es así!

    En estas fechas vamos a sacar tripa de rebozados y mazapanes, tripa de cañas/zumos con los amigos, etc. ¿y no vamos a sacar tripa también con Jesús en las fiestas de su cumple?

    En el libro de Jacques Philippe La oración camino de amor, explica que la relación de Dios con la humanidad no es cuestión de cuentas totales o balances anuales, no dice: “Hummm, este año ha ido bien, ¡he recibido 30 sacos de amor en total!”. Para Él las cuentas van individualizadas y, aunque el resto de la humanidad le ame, si hay un hijo que no, su corazón seguirá anhelando su cariño.

    La clave es: dado que tú eres distinto decualquier otro, Dios te ama de una forma única y, dado que no habrá nadie como tú, sólo tú puedes amarle como le amas, y aquel amor que le des nunca podrá ser reemplazado por el de ningún otro.

     Lo mismo pasa con unos padres y sus hijos; si uno se muere, aunque el resto sigan ahí amándolos, ningún hijo ni presente ni futuro podrá llenar el vacío que ese hijo ha dejado. Y saber esto no es ninguna esclavitud, ¡es una pasada! Dios espera tus buenos días y tus buenas noches tanto o más que tu novia o tu madre, desea irse de cañas contigo y pensar en el futuro, desea descansar contigo y actuar a través de ti, porque no podrá actuar a través de otro igual que a través de ti. Es la vieja historia de la página 13 del primer tomo de la segunda edición del Manual de Militante: lo que no hagas tú no lo podrá hacer nadie, y se quedará sin hacer. ¡Pues he ahí!, el bien que Dios pueda hacer a través de ti no podrá hacerlo a través de nadie más, porque tiarrón, por suerte o por desgracia, ¡no hay ni habrá otro como tú!. Dios te necesita, eres el lateral titular de equipo.

    TU-PUEDES-MARCAR-LA-DIFERENCIA.jpg

    Él tiene ganas de que vuelvas a casa por Navidad, ¿y tú?

    D. Díez (Madrid)

  • Open your heart to…

    Open your heart to…

    Apple nos muestra el verdadero sentido de la Navidad: la venida de Jesús al mundo, a tu corazón. (Jesús) viene como la niña que se acerca a Frankie: despacio, con humildad, en silencio…¿Para qué? Para llenar todos los vacíos de nuestro corazón, de nuestra alma, de nuestro ser. Encenderá aquellas luces que permanecen fundidas en nuestro ser, y se comprometerá a estar con nosotros para siempre.Así es Jesús, sencillo y humilde pero que si le dejas que nazca en tu corazón, lo transformará todo.

    Jesús viene para entregarse totalmente a ti…¿qué vas a entregar tú a los que tienes a tu alrededor?

    #LastAdventWeek

    #OpenYourHeartToJesus

    https://www.youtube.com/watch?v=aFPcsYGriEs

    ·

  • ¿Puede tener algo en común El rey León con el Adviento?

    ¿Puede tener algo en común El rey León con el Adviento?

    El otro día vi la película El rey león. Una de las mejores de la historia, si hablamos de cine de animación, y para toda la familia, claro. A Simba no le dieron el Oscar por su triple papel de heredero real, proscrito y héroe, pero si se llevó una estatuilla la banda sonora, que pone los pelos de punta.

    Dejando lo cinematográfico a un lado, la película tiene un trasfondo increíble. Todo un proceso de maduración personal; con un momento de crisis, una etapa en la que el protagonista se pega la vida padre (podría equipararse a un Erasmus) y un encuentro que le hace sentar la cabeza. En realidad son dos. El primero con Nala, su mejor amiga, que le hace reflexionar por primera vez en mucho tiempo. ¿Qué había ocurrido en su vida para llegar al estado en el que se encontraba? No se lo había preguntado nunca. Había huido de las preguntas de difícil respuesta animado por sus colegas, los del Hakuna Matata, que no tenían muchas perspectivas de futuro ni se preocupan por el pasado. El segundo encuentro es más determinante aún: Rafiki le anima a encontrarse con consigo mismo. Ahí es donde empieza la acción.

    Estando en adviento nos vienen al pelo las palabras que desde el cielo se nos dicen hoy a cada uno de nosotros. “Mira en tu interior. Eres más de lo que eres ahora. Debes ocupar tu lugar en el ciclo de la vida. Recuerda quien eres”. (La voz en off desaparece y las nubes vuelven a su estado habitual).

    Siempre es un buen momento para reflexionar, guardar silencio y mirar en nuestro interior, pero el Adviento es un tiempo especialmente propicio para todo esto. Y Dios, que en el Siglo XXI sigue saliendo al encuentro de las personas, nos dice también “mira en tu interior”. Si lo hacemos, posiblemente descubramos que tenemos un enorme potencial, muchos dones recibidos y que, sin embargo, no somos la mejor persona que podríamos ser. Nuestros defectos nos vencen, una y mil veces.  Pero no nos quedemos ahí. Ahora viene la mejor parte: “Recuerda quien eres”. Somos hijos de Dios. Un Dios que esta Navidad quiere nacer de nuevo en nosotros y darnos la fuerza que necesitamos para ser plenamente nosotros y plenamente felices. Y que así, ocupemos nuestro lugar en el ciclo de la vida, irradiando esa felicidad que nace de sabernos amados y haber descubierto en nuestro naturaleza humana, en un niño recién nacido, al mismo Dios.

    Ojalá aprovechemos lo que queda de adviento para recordar quiénes somos y, sobre todo, recordemos que somos amados. Así recibiremos un nuevo impulso para ese cambio de vida que cada año nos proponemos y que tanto nos cuesta llevar a la práctica.

    Feliz Adviento y Feliz Navidad.

    José Mª A.