• Open your heart to…

    Open your heart to…

    Apple nos muestra el verdadero sentido de la Navidad: la venida de Jesús al mundo, a tu corazón. (Jesús) viene como la niña que se acerca a Frankie: despacio, con humildad, en silencio…¿Para qué? Para llenar todos los vacíos de nuestro corazón, de nuestra alma, de nuestro ser. Encenderá aquellas luces que permanecen fundidas en nuestro ser, y se comprometerá a estar con nosotros para siempre.Así es Jesús, sencillo y humilde pero que si le dejas que nazca en tu corazón, lo transformará todo.

    Jesús viene para entregarse totalmente a ti…¿qué vas a entregar tú a los que tienes a tu alrededor?

    #LastAdventWeek

    #OpenYourHeartToJesus

    https://www.youtube.com/watch?v=aFPcsYGriEs

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  • La Fórmula de la Felicidad

    La Fórmula de la Felicidad

    Ésta es la primera acepción que aparece detrás de la palabra Fórmula en el diccionario de la RAE: “Medio práctico propuesto para resolver un asunto controvertido o ejecutar algo difícil.” Podemos decir de manera muy simple que es la manera de hacer algo complicado. Nos vale como ejemplo la fórmula de la Coca Cola, sin la cual no se puede obtener el famoso refresco. Hay que hacerlo así: siguiendo la fórmula.

    Parece sencillo. Quieres hacer algo, buscas la fórmula, lo haces. Fin de la historia. Como mucho puede surgir el inconveniente de que quien tiene la fórmula no la haya subido a Internet y tengas que buscar ¡en un libro! Incluso, puede ocurrir que el dueño de esa fórmula no quiera compartirla con nadie. Hay gente para todo en este mundo. En ese grupo se encuentran los dueños de la marca Coca Cola, que no quieren que nadie (salvo ellos mismos) se beneficie del poder atrayente y adictivo de su elixir. ¿La solución a esta tragedia? Probablemente te encuentres en uno de los 200 países en los que se comercializa, así que puedes bajar a una tienda y con menos de 0.5$ comprar una lata. Demasiado sencillo.

    Pero también nos podemos plantear lo siguiente: quieres algo, no conoces la fórmula y no se puede comprar. Mal rollo. No daré más rodeos. Imagínate que lo que deseas es la felicidad. Quieres ser feliz. Como todos, vaya. No escribo esto porque tenga la solución. Todo lo contrario. Estoy en la misma situación que tu: yo soy el que busca. De hecho, últimamente he estado buscando y me he encontrado con un montón de recetas (más de 11.400.000 de resultados en la red). Algunas con mejor pinta que otras, pero no dejan de ser recetas. Lo malo que tienen es que a veces salen y otras no. Una fórmula es una fórmula porque funciona. Y para asegurarte de que alguien de verdad ha encontrado la fórmula y no una receta más lo que tienes que hacer es comprobar que ha obtenido el resultado deseado. Así que lo que necesitamos es una persona feliz.

    De un vistazo encontramos gente aparentemente feliz por todos lados. Pero ¿os acordáis de aquel eslogan? “Destapa la felicidad”. Muchas veces esa felicidad que creemos haber encontrado pierde rápidamente –precisamente cuando la destapas- las burbujas. Tiene algo mágico, pero con fecha de caducidad. Pierde fuerza a cada instante y, al final, se acaba. Y cuando las burbujas desaparecen nos da la sensación de que lo que creíamos auténtico es el resultado de una receta cutre. Ya no nos atrae, ni los ilusiona, ni nos llena. Entonces vamos a por otra lata. Esta sí, pensamos. Pero siempre pasa igual: deja de chisporrotear y vuelve la desilusión.

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    [Continuará]

  • YA ESTÁ AQUÍ      #Inmaculada’16

    YA ESTÁ AQUÍ      #Inmaculada’16

    ¡Qué viene! ¡Qué viene! Madre mía, llega el día más esperado de todo el año para todos los que estamos enamorados de la Virgen y por supuesto, para el Movimiento de Santa María. Somos su movimiento, Ella nos guía y Ella nos acompaña en todo.

    Llevamos un mes preparándonos para esta gran fiesta, porque lo es. Comenzamos con una noche de oración, seguido de dos días pegando carteles por las calles de Madrid de la Vigilia de la Inmaculada (además de los que cada miembro del movimiento ha ido pegando por su barrio, en la universidad, en el metro…). Acompañamos, también, a nuestro pastor, Carlos Osoro, en la Almudena. Y terminamos nuestra preparación como grupo con un retiro espiritual, en el que nos invitaron a darlo todo por Cristo. Todo esto como grupo, como familia, y los chicos jóvenes como militantes.

    Militantes Inmaculada.jpg

    Tan sólo nos quedan dos días para pasar un rato junto a la persona más bella de este mundo, junto a Aquella que vivió sin pecado, junto a Aquella que tiene ojos misericordiosos (como decía algún militante). Quiero decir que, ¡todavía nos queda tiempo para preparar nuestro Corazón! Todavía, tenemos tiempo para arder de amor por ella, y hacer que otros ardan también.

    Dicen que la vida es maravillosa, los católicos matizamos: “Es maravillosa si la vives a su lado, al de la Virgen”. Por ello, le pedimos que Ella nos enamore de su Hijo, pues es el único que puede completar nuestra vida y hacerla perfecta.

    Hoy, nos acordamos especialmente de Abelardo. Él fue quien fiado de María comenzó estas vigilias en la ciudad de Madrid el siglo pasado, simplemente para dar a conocer su amor a Jesucristo y a la Virgen, y el amor incondicional que ellos nos tienen a nosotros. Y también para movilizar a todos los laicos a ser cristianos comprometidos, a jugarnos la Vida por el Evangelio, a pasar de ser simples seguidores de otros y ser líderes, a entregarnos a los demás…¡A vivir con radicalidad el evangelio, el seguimiento de Jesús!

    En el mundo de hoy, la gente es fanática de su equipo de fútbol, de un partido político… Pues, que nosotros también nos hagamos fanáticos de Cristo, pero con una pequeña diferencia: esa radicalidad la vivo yo y con el resto misericordia, entrega, comprensión, sin imponer nada…simplemente, mostrándoles quién es Cristo y lo que hace cada día por cada uno de ellos.

    ¡Nada más! Nos vemos el miércoles por la noche en las distintas vigilias que se celebran en todas las ciudades de España, así que no hay excusa para no asistir y pasar un rato con Aquella que nos mira con ternura siempre, siempre.

    Foto cartel vigilia.jpg

    Pd: Los militantes al acabar nuestro retiro hicimos un grito, que nos invita a salir de nosotros mismos y entregarlo todo al servicio de la Iglesia, de Dios y de la Virgen. Os animamos a que os lo grabéis en el corazón y os acompañe en estos días:

    Por Cristo, por la Virgen, por la Iglesia: «Más, Más y Más»

     

  • Abelardo de Armas, apóstol de la misericordia (II)

    Abelardo de Armas, apóstol de la misericordia (II)

    Por Bienvenido Gazapo

    2. Las manos vacías

    Una gélida mañana de febrero de 1981. Un pequeño y pobre conventico perdido en el campo abulense. Cumplía Abelardo 51 años y, pese al frío glacial, eligió para celebrar su aniversario el rincón de Duruelo, un caserío diminuto, cercano a Peñaranda de Bracamonte, reducido prácticamente hoy al convento de Madres Carmelitas Descalzas. Allí, cuatro siglos antes, un joven fraile inició la reforma del Carmelo masculino, viviendo tan austeramente que “espantaba” a su animadora Teresa de Jesús. Lo llamaban fray Juan de Santo Matía. Hoy lo conocemos como san Juan de la Cruz.

    Abelardo se alimentó permanentemente de la espiritualidad del Carmelo (“savia carmelitana”, la llama el P. Morales) que revitalizó su “tronco ignaciano”, pues ambas líneas de espiritualidad son inseparables en los Cruzados de Santa María. Por ello fue un seguidor entusiasta de la doctrina de los grandes místicos españoles, y también muy en especial de santa Teresa de Lisieux (como lo fue del Maestro Ávila). Meditó mucho la doctrina de esta santa, ayudándose de varios comentarios sobre sus escritos1. Hizo vida propia la doctrina de la “manos vacías” de la santa carmelita.

    En el momento que narramos, era priora de la comunidad de Duruelo la madre Carmen, una religiosa santa con quien Abelardo tenía una enorme afinidad espiritual. Se sentía muy acogido por aquella comunidad de religiosas, por eso, se me ocurrió ir a celebrar mi cumpleaños al convento de carmelitas de Duruelo. Y en el momento de la comunión ellas cantaban “grande es, Señor, tu ternura para con tus criaturas”, de música y letra de la M. Carmen2.

    La gracia de Duruelo

    Allí, sin sospecharlo, Abelardo vivirá una experiencia “límite”. Le llegó la luz que iluminará el resto de su vida. Poseemos varios testimonios escritos y orales de este acontecimiento, que ofrecemos a nuestros lectores como una primicia.

    El primero de ellos es una carta circular escrita por él a los cruzados una semana después del acontecimiento, agradeciéndoles sus felicitaciones:

    Quiero comunicaros que todas vuestras oraciones y sacrificios ofrecidos con motivo de mi cumpleaños debieron caer en mi alma cuando la mañana del 17 de febrero ofrecía la Misa con cuatro hermanos míos, en el Carmelo de Duruelo.

    Era la gracia de ver mi nada en el momento de nacer. Cuando por no tener carecía hasta de la vida de la gracia. Vi mi cuerpecito sucio de niño recién nacido, atendido y acariciado por la ternura de una madre que, hasta el cariño que volcaba en mí, era puesto por Dios en su corazón.

    Y deseé morir como nací. Nacer a la vida eterna como a la temporal. Si el ser se me dio gratis y la gracia del bautismo sin merecimiento alguno, así en la plenitud de mi nada deseo entrar con las caricias de la Madre del cielo en el regazo del Padre. Por pura gracia y con las manos vacías. Ser pura, purísima alabanza de Dios, Autor de todas mis obras que ha obrado Él en cuanto hayan sido buenas. Y glorificador de las auténticas mías, las malas, que su misericordia lavó con la sangre derramada por mi Salvador en la Cruz3.

    Ve su “nada” y a la vez la ternura de Dios en un corazón de madre, que ama desinteresadamente. Desea morir como nació, sin nada, con las manos vacías. Para dar gloria exclusivamente a Dios. Meses después, repetía estos mismos datos enriqueciéndolos con nuevas pinceladas:

    En aquella acción de gracias, bajo el influjo de esa canción, Dios me iba haciendo a mí sentir un deseo inmenso… de que me dejase manejar en mi nada, y comprender entonces que toda la vida (no solo la mía, sino la de cada uno) es un milagro de exquisita misericordia de Dios. Y yo me iba diciendo aquel día: “Señor, hoy hace 51 años que nací. Yo no hice ningún mérito para nacer. Yo no me escogí a mí mismo; me escogiste tú, me sacaste desde la eternidad. Y hoy nací yo, por pura misericordia, por pura gracia tuya. Y entré en la tierra por tu pura gracia.

    Y lo primero que encontré fue una madre, que me cuidaba y que tenía puesto ese instinto maternal que es tu amor de Padre de los cielos puesto en las madres de la tierra para que te cuiden. Porque es mi madre quien me está amando, pero es Dios quien ha creado a mi madre para que me ame. Y al poco tiempo, enseguida, me bautizaron, y entraste en mi corazón. Yo no hice ningún mérito para recibir la gracia del bautismo.

    Entonces, Señor, si mis primeros pasos fueron pura gracia, ¿por qué mi nacimiento a la eternidad no tendría que ser también pura gracia? Y entrar en el cielo como entré en la tierra: con las manos vacías… ¡Qué bonito sería vivir así, siempre con las manos vacías!4.

    Ocho años después completaba esta información preciosa exponiendo las consecuencias en su día a día: vivir permanentemente con las manos vacías, inasequible al desaliento. Ha pedido que esta gracia se les conceda a todos los miembros de su Institución:

    No me daba cuenta de lo que pedía… Desde entonces la gracia que yo he recibido es que veo mis manos totalmente vacías. No tengo ningún acto de virtud… Y no sólo no tengo actos de virtud, es que no los quiero. No quiero tener virtudes. Quiero que mi única virtud sea la confianza que nace de la virtud de Él.

    A partir de ese momento la gracia mayor para mí ha sido quedar inasequible al desaliento. Por mucha miseria que contemple en mí; ésa sí que es mía… Sentí un gozo grande al pensar que se cumplía lo de mis manos vacías, que entraba en el cielo por pura misericordia, para estar en el último rinconcito…

    Y aquello era tan grande para mí, una gracia tan inmensa, que la pedí para toda la institución, y tengo la confianza de que se me concedió5.

    Es preciso meditar despacio, todo lo que hay encerrado en estas confidencias de Abelardo, porque no hay duda de que aquel día de su cumpleaños, Jesucristo se dignó elegirle de nuevo para “entrar más adentro en la espesura” (S. Juan de la Cruz, Cántico espiritual). Reparemos en algunas de sus afirmaciones:

    1ª. “Ver mi nada en el momento de nacer… nací yo… por pura gracia tuya.

    ¿Qué entendió Abelardo en aquel momento de oración? Una verdad aplastante, rotunda, evidente incluso, que se nos olvida con demasiada frecuencia en el día a día. Experimentó en lo más profundo de su corazón, tres cosas: 1ª, que era “nada”; 2ª, que fue escogido por Dios para ser amado (no al revés); 3ª, que ese amor fue y es gratuito y primero que el suyo. Se dejó “primerear”, en lenguaje de nuestro papa Francisco: La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la ha primereado en el amor (cf. 1 Jn 4,10); y, por eso, ella sabe… brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva6.

    2ª. Y deseé morir como nací. Nacer a la vida eterna como a la temporal… Por pura gracia y con las manos vacías…

    Cuando la Luz del Espíritu penetra la inteligencia, incendia inmediatamente el corazón y mueve la voluntad a la acción: Es el “deseo”-inscrito tanto en la mística teresiana como en la ignaciana- de agradar a Dios en lo que Él más quiere: en su misericordia.

    ¿Qué sucedería entonces? Que yo en la eternidad sería pura gloria de Dios. Ninguna de las almas de los santos que estén en el cielo me podría mirar y hacer otra cosa a través de mí que ensalzar la gloria de Dios, porque en mí no hay nada. Y entonces, así, Señor, no te quito nada de gloria, nada en absoluto, ni un ápice, porque toda te corresponde a ti. ¡Qué bonito sería vivir así, siempre con las manos vacías!7.

    Se encuentran en estas afirmaciones de Abelardo resonancias de santa Teresa de Lisieux:

    A la tarde de esta vida, me presentaré delante de vos con las manos vacías, pues no os pido, Señor, que tengáis en cuenta mis obras… Quiero, por tanto, revestirme de vuestra propia Justicia, y recibir de vuestro amor la posesión eterna de vos mismo. No quiero otro trono y otra corona que a Vos (Ofrenda al Amor misericordioso).

    3ª. Desde entonces la gracia que yo he recibido es que veo mis manos totalmente vacías… Quiero que mi única virtud sea la confianza que nace de la virtud de Él… A partir de ese momento la gracia mayor para mí ha sido quedar inasequible al desaliento.

    “Inasequible al desaliento”. Una conclusión desconcertante y fuera de toda lógica, porque toda persona humana está hecha a imagen y semejanza de Dios para proyectarse, autoafirmarse al darse… Pero si esa persona se experimenta como “nada”; si se siente inútil, incapaz, vacía, su autoestima se hundirá y concluirá que su vida no tiene sentido. Es el momento en que acecha el suicidio8.

    Pero en Abelardo la conclusión es opuesta. Se hace indestructible en su nada, porque tiene la vivencia de que es amado por Dios y no puede dejar de serlo. Se ha hecho niño evangélicamente hablando, como Teresa de Lisieux, a la que, en los últimos días de su vida, su hermana Paulina le preguntó qué significaba para ella permanecer niño ante Dios. Le respondió:

    Es reconocer la propia nada y esperarlo todo de Dios, como un niño lo espera todo de su padre; es no preocuparse de nada… Es también no atribuirse a uno mismo las virtudes que se practican, creyéndose capaz de algo, sino reconocer que Dios pone ese tesoro de la virtud en la mano de su hijito para que se sirva de él cuando lo necesite, pero es siempre el tesoro de Dios. Por último, es no desanimarse por las propias faltas, porque los niños caen a menudo, pero son demasiado pequeños para hacerse mucho daño (Últimas conversaciones, 6.8.8).

    Vienen a la memoria también las máximas lapidarias de ese ganapierde que propone san Juan de la Cruz a aquellos que buscan a Cristo:

    Para venir a saberlo todo, no quieras saber algo en nada. Para venir a gustarlo todo, no quieras gustar algo en nada. Para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada. Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada (Síntesis de la subida al Monte Carmelo).

    4ª. “Y aquello era… una gracia tan inmensa, que la pedí para toda la institución, y tengo la confianza de que se me concedió”.

    La gracia recibida por Abelardo se convierte a petición suya en una misión que supera su propia persona. Un legado, una herencia, que el Instituto que él fundó junto con el siervo de Dios P. Tomás Morales custodiará como un tesoro, dando un rostro concreto a la Misericordia. Así lo pedía insistentemente:

    Señor, ¡haznos apóstoles de tu misericordia! De tu misericordia, el atributo que más tenemos que predicar. Porque es el que más has puesto en ejercicio. Porque, de todos tus atributos, Señor, es el que más sabe de tu esencia, que eres amor…

    Sin revelaciones… Sino que yo sea apóstol de tu misericordia por la fe. Porque estoy viendo tu infinita misericordia para conmigo. Y de ahí nace el predicar a los demás, el ir acercando a los hombres, metidos entre ellos, como uno entre ellos. No sintiéndome redentor, sino sintiéndome miserable9.

    * * *

    Es preciso terminar esta reflexión. Escribe san Juan de la Cruz con inmensa elegancia y notable veracidad: Acerca de Dios, cuanto más espera el alma, tanto más alcanza, y entonces espera más cuando se desposee más, y cuando se hubiera desposeído perfectamente, quedará con la posesión de Dios en unión divina (Subida al Monte, lib. III, c. 7).

    Desde mi torpeza he intentado describir algo muy grande que ocurrió entre Cristo y Abelardo aquel día 17 de febrero de 1981. Dios escuchó su deseo y no se hizo esperar. La catarata de sufrimientos interiores y exteriores que se precipitó sobre él a partir de ese momento, reduciéndole poco a poco a nada, fue inmensa: los sufrimientos físicos provocados por la artrosis de cadera; los sufrimientos morales, por las defecciones dolorosas de miembros cualificados del Instituto; el desamparo y la soledad interior; su progresiva e implacable debilitación neurológica.

    Pero Abelardo no dejó de hablar y escribir sobre la misericordia de Dios para con cada uno de nosotros. Con su sensibilidad poética (que era mucha) acertó a hacer de su mensaje canción (a alguna de sus canciones nos referiremos en su momento). Y lo más grandioso, de su experiencia de vida supo hacer también estilo educativo.

    (Continuará)

    Os brindamos la canción en la que Abelardo nos habló de esta gracia recibida:


    Notas

    1Entre los que destacaron: C. de Meester, Las manos vacías. El mensaje de Teresa de Lisieux (Monte Carmelo, Burgos 19812); J. Lafrance, Mi vocación es el amor, Ed. Espiritualidad, Madrid 1985), Teresa de Lisieux, guía de almas (Ed. Espiritualidad, Madrid 1997).

    2Abelardo de Armas, Retiro noviembre 1981, 5ª meditación (audio inédito).

    3 Circular inédita a los cruzados (25.02.1981).

    4 Retiro noviembre 1981 (5ª meditación).

    5 Audio inédito, 18-VIII-1989.

    6 Evangelli gaudium, 24.

    7 Ret. cit. Noviembre 1981.

    8 Drama de nuestra sociedad occidental, al constituirse en primera causa de muerte no natural en España y segunda de muerte entre nuestros jóvenes entre los 15 y 29 años.

    9 Retiro 25 abril 1982.

  • Ya está Aquí  #Campaña16 #Inmaculada

    Ya está Aquí #Campaña16 #Inmaculada

    Ya ha comenzado la preparación para el gran acontecimiento de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, en honor a nuestra Madre: la Campaña de la Inmaculada.

    Las Campañas son “momentos fuertes” que procuramos vivir todos juntos dentro de la Iglesia, y especialmente, dentro del Movimiento de Santa María para ahondar en nuestra vida de fe y en la fidelidad a la llamada del Señor. En ellas se va produciendo una reforma personal renovada, ofrecida al Señor, como María, “para que las almas tengan vida y la tengan en abundancia”.

    Ella es modelo de nuestra entrega, de nuestra fe, de nuestra vida. Por eso vamos a prepararnos viviendo intensamente esta CAMPAÑA DE LA INMACULADA.

    El Padre Morales (fundador de los Cruzados de Santa María) resume la campaña en esta frase que nos remueve por dentro y nos invita a conquistar el mundo para Ella, la Virgen: «ARDER EN AMOR A LA VIRGEN Y HACER ARDER A LOS OTROS». Hacer que nuestros compañeros, amigos, familiares ardan con el tesoro que hemos encontrado, con la verdad experimentada que da sentido a nuestra vida. ¡No es una idea, es una Persona!

    Por otro lado, la campaña nos invita a vencer en mí y enseñar a vencer el defecto dominante para hacerme como María, otro Cristo en la tierra, que es igual a “ser cristiano”. Objetivo simplón a primera vista, pero ¡qué difícil resulta vencerse en lo grande si no te has ejercitado en lo pequeño! Por lo tanto, pereza, vanidad, etc., son cosas que entran con facilidad en esta campaña hecha para los pequeños.

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    Es decir, es un tiempo para salir de nuestra comodidad, de volver a ponernos en el camino de la fe, de convertirnos en verdaderos amigos de Jesús, de anunciarlo y defenderlo siempre, entregándolo todo… ¡Hasta el final!

    Un consejo final para vivir esto: “Las grandes batallas se ganan de rodillas ante Dios”. Ahí tenemos la guía práctica que con su gracia nos permitirá pasar de ser simples creyentes, a vivir por y para Él.

    ¡POR CRISTO, POR LA VIRGEN, POR LA IGLESIA!

    MÁS, MÁS Y MÁS

    Os dejamos el folleto de la Campaña:Folleto Campaña de la Inmaculada ’16

     

     

  • Él confió en Ella. 

    Él confió en Ella. 

    Un hombre que aprendió de su Madre a subir con Cristo a la  Cruz. Aprendió de Ella rezando el rosario.

    Este es el secreto de san Juan Pablo II. Este es el secreto de un santo.

    º María a todas las almas, y nosotros santos por María º

  • Abelardo de Armas, apóstol de la misericordia (I).

    Abelardo de Armas, apóstol de la misericordia (I).

    En homenaje al hombre que subió bajando

    Por Bienvenido Gazapo (Cruzado de Santa María)

    A lo largo de este año de la Misericordia hemos abordado, siquiera sea de manera incipiente, uno de los aspectos más relevantes de la espiritualidad de Abelardo de Armas, cofundador de los Cruzados de Santa María. Lo haremos en varias entregas.

    En este mes de octubre de este año jubilar 2016 se cumplirán cincuenta años de aquellos días en que un joven quinceañero hacía en tierras cacereñas sus primeros ejercicios espirituales con Abelardo en la que quizá fuera la primera tanda impartida por él. Aquel chaval de entonces —autor de estas líneas hoy— ha tenido la fortuna de seguir muy de cerca, al menos con el deseo, las huellas del que fue y sigue siendo su maestro de vida.

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    1. “SUBIR BAJANDO”

    Es una afirmación con sabor montañero, poética incluso, pero contradictoria. Porque en la montaña se sube subiendo y se baja bajando. No hay otra alternativa posible. Pero en el orden espiritual las cosas son distintas. San Pablo en la carta a los Filipenses habla de que el Verbo encarnado, Jesucristo,semetipsum exinanivit (se vació a sí mismo, se anonadó), por lo cual fue elevado (exaltavit) por el Padre.

    Esta es la espiritualidad de Abelardo, veterano montañero de botas gastadas y muleta de aluminio que, cojeando, con mucho esfuerzo, pero siempre pacífico y sonriente, recorrió cientos de veces los senderos y atajos pedregosos del Circo de Gredos (y de la vida) acompañando a los muchachos del Campamento de Santa María. Llamaba la atención un cojo caminando por la montaña.

    La misericordia se fue convirtiendo en el eje central de su vida de unión con Dios y de su acción apostólica como educador de jóvenes. Supo hacer de ella no sólo un camino hacia Dios sino un estilo de vida y de relación con los demás. Algo que merece la pena conocer y vivir. Vamos a intentar comprender y gustar esta filigrana que Dios fue haciendo en su vida, unas veces a través de mediaciones y otras, irrumpiendo directamente.

    Una primera advertencia que nos puede facilitar claves de interpretación: en Abelardo se produce una síntesis de extremos aparentemente contradictorios pero complementarios. “Subir bajando” fue para él una actitud espiritual deaceptación de sí mismo sin paliativos, es decir, con todas sus contradicciones, pero a la vez fue una actitud permanente de lucha y superación en un estilo de vida fuerte y exigente, por vivir entre jóvenes a los que educó con su vida. Esto es como el filo de una navaja, constituye un punto de equilibrio difícil entre un espiritualismo que negara la eficacia de la acción del hombre y un voluntarismo que la afirmara como excluyente, porque Abelardo no fue un espiritualista sino un luchador, realista, que conoció la grandeza y pequeñez del hombre; tampoco fue un voluntarista, porque supo abandonarse y se dejó hacer por un Dios misericordia, que tiene nombre propio: Jesucristo.

    1. Los fundamentos del edificio

    Se perciben en su trayectoria espiritual tres influencias básicas fundantes (antes de 1980, año en que recibió una gracia especialísima). Intentamos perfilarlos:

    1.1. Tronco ignaciano

    Abelardo se convirtió a Dios en una tanda de Ejercicios espirituales realizada en su juventud (año 1951) con el P. Morales, S. I. El primer fundamento de su espiritualidad consistió, por tanto, en ese “conocimiento interno” de Jesucristo (que es un conocimiento de amor, más que intelectivo), que pretende san Ignacio en todo ejercitante y que nace de la contemplación de un Dios que quiere establecer relaciones íntimas con cada uno de nosotros a través de la persona de Jesucristo.

    Esta llamada resuena insistente en las impresionantes meditaciones de la Segunda Semana los Ejercicios Espirituales, de los que Abelardo se hizo un experto transmisor a los jóvenes (se calcula que dio en su vida alrededor de 215 tandas): el Rey Temporal y Dos banderas.

    Pone Ignacio en boca de Jesucristo, Rey eternal, esta llamada:

    Mi voluntad es de conquistar todo el mundo y todos los enemigos, y así entrar en la gloria de mi Padre; por tanto, quien quisiere venir conmigo, ha de trabajar conmigo, porque siguiéndome en la pena, también me siga en la gloria (EE, 95).

    “¡Venir conmigo! ¡Trabajar conmigo!” ¡Nada sin Él!

    En la meditación de Dos banderas se repite la escena, pero las cosas se concretan más, porque para Ignacio la vida cristiana es una batalla sin cuartel, que no admite términos medios:

    cómo Christo llama y quiere a todos debaxo de su bandera, y Lucifer, al contrario, debaxo de la suya (EE, 137).

    La bandera de Cristo consiste en:

    “Traerlos, primero a summa pobreza spiritual, y si su divina majestad fuere servida y los quisiere elegir, no menos a la pobreza actual; segundo, a deseo de oprobrios y menosprecios, porque destas dos cosas se sigue la humildad” (EE, 146).

    Ignacio invita a la generosidad: “Los que más se querrán afectar… harán oblaciones de mayor estima y mayor momento” (ofrecimientos del máximo valor y de la mayor importancia, diríamos nosotros), pero al descubrir su impotencia, concluye con una pincelada llena de ternura espiritual. Se hace pequeño:

    “Un coloquio a nuestra Señora, porque me alcance gracia de su Hijo y Señor, para que yo sea rescibido debaxo de su bandera, y primero en summa pobreza espiritual, y si su divina majestad fuere servido y me quisiere elegir y rescibir, no menos en la pobreza actual” (EE.147).

    “Me alcance gracia… para que yo sea rescibido… en summa pobreza espiritual… no menos en la pobreza actual”. Estas exhortaciones encendidas de san Ignacio vibraron permanentemente en el corazón de Abelardo: ¡Subir bajando!

    1.2. El retoque moraliano

    El Siervo de Dios P. Tomás Morales, hijo y discípulo entusiasta de san Ignacio, hizo suya esta espiritualidad de los Ejercicios Espirituales (que fueron y son “savia de la Cruzada”, Instituto Secular fundado por él) y grabó a fuego la devoción al Corazón de Cristo en los miembros del mismo. Les escribe:

    Uno de los soldados con una lanza le abrió el costado” (Jn 19, 34). ¿Por qué dice el Evangelio le abrió y no le traspasó?… Para que no te escapes y quedes dentro… Revolotea, si quieres, alrededor de manos y pies, pero anida en el Corazón (San Agustín). Haz allí tu morada (Comentario a la Regla 28).

    Conforme maduraba en santidad, crecía en confianza y no cesaba de invitarnos a ese conocimiento interno de Cristo misericordia:

    Creer en el amor de Dios para conmigo. ¡Qué difícil se nos hace, sobre todo cuando nos vemos llenos de lepra, de miseria!… Y entonces ya creemos que Dios nos desahucia en su amor. ¡Como hemos fallado, como fallamos mucho!…

    Tengo que creer en el amor de Dios para conmigo a pesar de mis miserias y precisamente por mis miserias. ¿Por qué precisamente por mis miserias? Pues porque como Él conoce mi buena voluntad y sabe el buen deseo que tengo de quererle, se apiada mucho más de mí al ver que fallo…

    Hasta que no veamos a Dios así con nosotros, creyendo en el amor de Dios para con nosotros a pesar de todos estos fallos y miserias, nada. Otra vez el mensaje del amor: no me importan vuestros fallos, lo que quiero es confianza. No me importan vuestras miserias, lo que quiero es amor… (Ejercicios Espirituales a los Cruzados, 1972).

    1.3. El Maestro Ávila

    Abelardo asumió plenamente esta tradición ignaciana, transmitida por el padre Morales y fue profundizando en ella, enriqueciéndola con su genio inconfundible desde que se encontró con los escritos de san Juan de Ávila. Ya en el año 1979, glosando al gran doctor de la Iglesia, decía esto a los militantes de Santa María reunidos en convivencias de formación:

    Si no tienes una confianza inmensa, inquebrantable en el Corazón de Jesús, tú no puedes perseverar. El peso de tus miserias te agobia, te aplasta; pero, si tienes los ojos clavados en Él, que te dice Juan de Ávila que está de rodillas por mí… Él, que como abogado para la defensa de la causa, presenta dos recursos infalibles: la oración, que no falla… y el precio de su propia sangre… Esa seguridad que me da a mí este Jesús, que es mi abogado, que es mi defensor… y que es el propio Padre quien me lo envía.

    Dice san Juan de Ávila: el Padre mira al Hijo, y el Hijo mira al Padre. El Hijo mirando obedece; el Padre mirando al Hijo, manda; y en esa obediencia de uno, y en ese amor del otro, está mi salvación. ¡Miraos Padre e Hijo, no dejéis de miraros jamás, porque allí está el fruto de Mi salvación! (Puntos de oración; 14.08.1979).

    Aunque Abelardo en ese verano de 1979 estaba ya muy adelantado en el camino de la confianza, se encontraba solamente en el vestíbulo. Necesitaba todavía un toque especialísimo de Dios para entrar más adentro. Y ese momento llegó, inesperado, pocos meses después, en una gélida mañana de febrero del año 1980, en una pequeña iglesia carmelitana perdida en los encinares del campo abulense.

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    Nota
    1Fueron libros de cabecera para él: Tratado del Amor de Dios (en san Juan de Ávila.Escritos sacerdotales, BAC Minor, Madrid 1969), la recopilación de cartas del santo, titulada Cruz y Resurrección. Cartas sobre Jesucristo (Ed. Narcea, 1973) y las dos ediciones del P. Esaú de Mª. Díaz, tituladas Ya han florecido las granadas (Casals, S.A, 1983) y Vino nuevo (Casals, S.A, 1984)

    Fuente: Revista Estar

     

  • VIRGEN DEL PILAR>>>>VIRGEN DE GREDOS

    VIRGEN DEL PILAR>>>>VIRGEN DE GREDOS

    Ayer no madrugamos porque no había que ir a clase. Algunos papás sí que han tenido que ir a trabajar pero nada nos va a impedir celebrar una gran fiesta. Es 12 de octubre y en toda España se festeja a la Virgen María, nuestra Reina y nuestra Madre. Habrá quien se entretenga hoy en discutir lo apropiado o no de la celebración pero nosotros no. Nosotros nos vamos a dedicar a disfrutar de la fiesta y luego ya hablaremos de la guerra.

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    Para toda la familia del Movimiento de Santa María es un día doblemente grande, pues la Virgen del Pilar es también nuestra patrona particular; convertida con el paso de los años (¡¡25!!), de las heladas y tempestades soportadas en nuestra querida Virgen de Gredos. Tengamos presente que estamos de fiesta y celebremos este día con alegría y muy cerquita de la Virgen, que nos seguirá cuidando como siempre y nos sigue esperando escondida en Gredos.

  • LAICOS DE LA MISERICORDIA!! #laicosenmarcha

    LAICOS DE LA MISERICORDIA!! #laicosenmarcha

    El próximo Encuentro Nacional de ‘Laicos en Marcha‘ tiene fecha y lugar. Será en Aranjuez, el fin de semana 15 y 16 de octubre de 2016. Un colofón ideal para el Año de la Misericordia que hemos vivido. Precisamente eso queremos que sea este encuentro, un canto a las misericordias que el Señor ha hecho con nosotros, de manera especial en este año. De ahí el lema de este año ‘¡Gracias, Señor, por tus misericordias!’
    Nos acoge Aranjuez, villa de reyes, con sus jardines y palacios. Un entorno ideal para disfrutar de un fin de semana que luego proyectarnos sobre todo el curso, en vida evangelizadora.

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    Conoceremos la experiencia laical Basida, de acción caritativa con los más necesitados, puesta en marcha en Aranjuez hace veinticinco años.
    Contaremos con la presencia del obispo de la Diócesis, D. Joaquín López de Andújar, que nos acompañará en la mañana del domingo.

    Y podremos disfrutar del estreno del musical ‘Contigo‘ representado por miembros del Movimiento de Santa María, realizado con motivo del año de la misericordia.
    ¿Qué más se puede pedir? Reserva ya el hueco en tu agenda.

    Aquí pueden encontrar más información de la actividad: Tríptico

    Página para la suscripción: http://www.laicosenmarcha.es/

     

    «Gracias Señor por tus misericordias»